"IberCultura"

Aunque parezca mentira, muchos hombres se visten por la cabeza (y no la física, precisamente) sino que no saben abrir el proceso de hacer su cuerpo como una casa, con buenos cimientos, buen material de hormigón y una estructura férrea, amén de buenos muebles en su interior..

Vestirse por los pies es cosa de Hombres y Mujeres, claro y significa eso: Tener Bases poderosas para fortificar el resto, como un árbol que lo primero que desarrolla son sus raíces de tal modo, que si son fuertes, robustas y profundas, el árbol podría vivir milenios sin ser derrumbado por huracanes ni terremotos.

 

 

Así hay que construir el cuerpo, la personalidad del ser humano, con poderosas raíces, con bases sólidas y fuertes, sabiendo que, aquello que dices, has de cumplir, que lo que prometes es sagrado y que lo que empiezas, debes acabarlo. Ir creando una personalidad leal a unos principios humanos, a unos sentimientos buenos y sinceros, tener las ideas claras y saber que las ideas son una meta a cumplir.

Mantenerte en tus ideales, sobre todo los religiosos pues eso tonifica el alma, beneficia al cuerpo y espíritu y puede hacer de tí un remanso de paz, buscado por aquellos que no lo consiguen encontrar.
 

 

Cuando alguien ve a un ser con personalidad amable, fuerte, incorrupta y amigable, no dudan en profesarle cariño, respeto y amistad; pues:

¿Quien quiere a su lado a un amargado, violento, insumiso, soberbio o mentiroso? La peor de las cualidades es esa: La Mentira. Hace que el árbol de mala raiz, perezca, cuando va creciendo, sin remedio. Sí, porque el mismo diablo la usó para engañar a la primera mujer, al primer hombre, poniéndose como ejemplo del mal. Mintió y fué soberbio pidiendo adoración y esas son las peores cosas de un ser humano.

 

Alguien dijo "Nadie acepta a un ser superior porque nadie cree que haya otro mejor que él mismo". Sin embargo, nada más sano que un ser humilde, lento en cólera, con habla cariñosa, respetuoso en actos, misericordioso y sin cuentas del daño sufrido ni reproches ni rencores. Algunas personas creen que lo saben todo; pero cuanto más creen saber, menos sabios son.

La ignorancia es madre del atrevimiento, quien dice estar de vuelta de todo, nunca ha llegado a ninguna parte, pues quien no escucha al prójimo, ni aprende, ni entiende, ni comprende, sino que se hunde en su mente de turbias aguas, sin vislumbrar un asomo de luz.

 

Yo soy así, no soy un dechado de virtudes; mas bien soy un acumulador de defectos, pues es tal mi imperfección humana, que cada día que tropiezo con una piedra, me cuesta mucho recordar el lugar en que estaba y así, tropiezo a diario con ella. Es cierto que, como ser imperfecto tropiezo, hasta que, algún atisbo de luz, me deja ver la sombra y consigo, con mucho sacrificio y dolor, poder esquivarla, algo que no es cuestión de días o meses, a veces cuesta años.

Recuerdo que un amigo me dijo en una oportunidad: "Cada día que te levantes, intensa superar un defecto y hasta que no lo consigas, no intentes superar otro mayor, pues, quitando uno, ya tienes un defecto menos"

 

El primer defecto que quité, fué negar que no tenía defectos y así, conseguí quitar el primero:
"Reconocer un defecto, es tener un defecto menos" o lo que es lo mismo
"Reconocer un defecto es recuperar de nuevo, una virtud"

Vestirse por los pies era, en otros tiempos, mantener la palabra dada a alguien, aún sin papeles firmados;
Saber ser y estar y mantenerse en su lugar, sin más razones de peso que tu palabra y personalidad, sin gritos, sin palabras desairadas y sin cóleras de ningún tipo.
Vestirse por los pies era, es y será, hacer de un hombre, un hombre y de una mujer, una mujer.

 

Vestirse por los pies, es echar una buena raiz que permita que el resto de la planta crezca fuerte, poderosa y sin tachas posibles dentro de la imperfección del ser humano, crearse una honra o nombre o reputación.
Vestirse por los pies es vivir ayudando a los demás a vivir porque quien se viste por los pies "no vive y deja vivir" sino que "Vive y ayuda a vivir".