"IberCultura"
Revista Cultural Española
La Leyenda del Lago de Sanabria
Lago de Sanabria II: Los Orígenes
El origen real de la leyenda deriva de 1109 y el Monje Aymeric Picaud, de Poitou, el cual hizo un viaje con el Papa Calixto (Guido de Borgoña) en su peregrinación a Santiago de Compostela.
Este monje escribió un manuscrito: El Liber Sancti Iacobi, más conocido en europa como Códice Calixtinus, una especie de guía de peregrinación a Santiago.
En su cuarto libro (LLamado de Pseudo Turpin, como atribuyéndoselo al Obispo de Reims) se cuentan las hazañas de Carlomagno en la Península y narra como este Emperados conquistó más de cien ciudades resistiéndosele tres con ferocidad: Capparria (Actual Venta de Caparra en Cáceres); Adania (Actual Idaña la Vieja en Portugal) y Lucerna de la Ventosa que se haría legendaria por estar sumergida en el Lago Glaciar de Sanabria.
No sólo las conquistó con saña; sino que las maldijo para dejarlas en ruinas para la eternidad.
Según parece, no obstante, tanto Caparria como Idaña, parece que ya estaban en ruinas cuando Ameryc escribió el Códice y según datos, es Lucerna quien acabará dando el nombre a la famosa villa del lago.
El Emperador alzó los ojos al cielo y plugó venganza con tanta saña que Dios se la concedió y cuando fué a entrar en Lucerna:
En la actualidad, existe acuerdo entre los autores que más han estudiado la obra de Picaud en considerar que la ciudad estaba ubicada en la tierra del Bierzo, en la actual provincia de León, en el camino de Santiago.
Según esta hipótesis, el lago de la leyenda es el lago de Carucedo, originado cerca de las minas romanas de las Médulas, lago que se habría formado tras la destrucción de Lucerna, que se identifica con el Castro de Ventosa. Hasta aquí, la leyenda vinculada al camino de Santiago.
Picaud pudo ponerle el nombre de Lucerna al pueblo por la localidad suiza del mismo nombre. Se trata de una ciudad que en la Edad Media se vinculaba como morada del cuerpo de Poncio Pilatos, el gobernador romano de Judea que no hizo nada por evitar la muerte de Cristo.
En la Edad Media una leyenda aseguraba que esta Lucerna era en realidad una ciudad nueva que se había edificado junto a un lago en los que se hallaba una ciudad sumergida y destruida por Carlomagno al negarse a rendirse. Probablemente Picaud, nuestro monje, conocía la leyenda de Lucerna suiza y la transcribió para su obra referida a la península ibérica.
El paso que faltaba por dar, es decir, la llegada de Lucerna a Sanabria, está relacionado con la comunicación que hubo sin duda entre los monjes cistercienses del Monasterio de Carracedo, fundado en el siglo X, y al que pertenecía el Lago de Carucedo, con los monjes, también cistercienses, del Monasterio de San Martín de Castañeda, dueños del lago de Sanabria.
En algún momento, alguno de los monjes llevó la historia de un lago a otro. Y si allí, en el lago berciano, se hablaba de una maldición, aquí la historia cobraba un matiz religioso al asegurarse que fue Dios, en forma de peregrino, quien destruyó el pueblo ante la avaricia y falta de caridad de sus vecinos.



Nemesio de Joaquín
Lunes 06 Julio 2015
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